Cuando veo a una persona tirar un papel en la calle, pienso en las sábanas resudadas de tres semanas de las que habrá salido por la mañana. Cuando un niño tira una bolsa de gusanitos al suelo, se me presenta la imagen del sofá de su casa lleno de manchurriones de aceite añejo, con los padres sentados y despatarrados llenos de migajas de pan untuoso por el pecho. Y cuando una familia deja su bolsa de plástico con restos en la playa, junto a colillas mal apagadas, me los imagino a la vuelta a casa dándole besitos en el morro a su perro después de haberse comido en el parque una caca reseca que la semana pasada sus dueños no recogieron.
La mala educación no sabe de clases, de cultura o incultura. Tan detestable es dejar sucio y lleno de desperdicios un parque como tirar sin separar la basura al contenedor de orgánica. Ignorancia es echar una bolsa llena de plásticos en el contenedor del cartón.
Muy buenos consejos, ojalá todos los siguieran.
ResponderEliminarterrenos a la venta
Tienes toda la razón.
EliminarBuena venta