Corre Conejo
Corre, Conejo, de John Updike, es una novela de las de atmósfera, en las que vas entrando poco a poco, sin darte cuenta, a través de hechos pequeños, acumulables, importantes en algunos casos. Una atmósfera que te va atrapando y sumiendo en un ambiente coactivo.
La vida en la supuesta sociedad del bienestar de Estados Unidos hace presa en las parejas jóvenes, conduciéndolas hacia el hastío, la vanalidad, la indiferencia entre tomar un camino u otro porque ninguno llena el espíritu de la persona, solo se sobrevive. Pero no es una supervivencia física pues se tiene de todo, deporte, salud, comida, televisión, coche; es una supervivencia mental, psicológica, donde da igual un acto que otro porque ninguno tiene más valor que otro, simplemente se hacen, se asumen, se cambian, se aceptan y se desprecian a la vez. La persona no cuenta, solo sirve la satisfacción personal, inmediata: lo convencional, cuando se necesita protección, y lo excepcional, cuando se necesita evasión.
Conseguir entrar en la vida de una pareja, que convive, sin amor, sin respeto, que convive con sus pequeñas bajezas morales, sus esperanzas y recelos, no es fácil pero Updike lo consigue. Consigue introducir el desasosiego en el que lo lee, que se rebulla en el sofá, que incluso llegue a odiar ese libro y a querer seguir leyéndolo a la vez. Es un libro mentalmente incómodo, en el que no se está indiferente. Para leerlo de forma valiente y pensando si no seré yo uno de ellos, uno más hundido en el hastío social, tan humano cuando están cubiertas las necesidades básicas y queda tiempo para pensar.
Para quien conozca a Updike se sentirá en su salsa leyendo esta novela, para quien no, seguro que la recordará. Pocos escritores hay capaces de hacer estas creaciones, por eso conviene leerlo cuando se tengan muchas ganas y se quiera ampliar lecturas.
Se puede comprar en Corre, Conejo, de John Updike
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