DELANTE DE LA PUERTA



Por la rendija de la puerta puedo ver parte de la habitación. Está cubierta de polvo, igual que hace más de cien años, con los mismos objetos, solo que deteriorados por el tiempo. Pero hoy he vuelto y estoy contento. Mi escasa imaginación hubiera sido incapaz de vislumbrar, siquiera, una parte de lo que he vivido en este siglo y medio.
Todo empezó cuando pude licuar un trocito de la parte que me correspondió del tesoro que tanta gente había tratado de encontrar y que solo unos pocos pudimos descubrir y utilizar: la piedra filosofal...

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